Academia Dominicana de Lenguas Europeas
«Voluntad, Estudio y Gallardía»
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«In Quest for Excellence»
✯ ADOLE ✯
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La Academia Dominicana de Lenguas Europeas, es una entidad educativa, que a nivel institucional fomenta el estudios de las lenguas mas usadas en el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas, MCERL. Mediante las estrategias y las programaciones anuales apoyadas en los mas altos estándares pedagógicos, ofertamos una gama de programas curriculares de los diferentes idiomas mas hablados en el territorio europeo.
Entre estos idiomas podríamos mencionar: INGLES, FRANCÉS, ITALIANO, RUSO, ALEMÁN, PORTUGUÉS, CATALÁN, ESPAÑOL, GRECO, entre otro derivados y dialectos propios de estos mismos idiomas.
La Academia Dominicana de Lenguas Europeas, ADOLE, EIRL. inicio los programas y servicios el 01 de Noviembre de 2017, pero luego fue pensada como una entidad empresarial cuya constitución fue fundada el 15 de Septiembre del 2020, por el Prof. Ray Kismet Mateo Clark, quien actualmente es el director general de la institución.
Saber dos idiomas solo aporta ventajas. Abre las posibilidades de interactuar con más personas al viajar o conocer gente de otros países, amplía las oportunidades de encontrar o cambiar de trabajo y permite disfrutar de más cosas en nuestra vida diaria, como leer a un autor en su lengua o entender la letra de una canción.
Pero ¿sabías que también ofrece una serie de beneficios cognitivos y físicos en nuestra salud mental?
Durante mucho tiempo se creyó que nuestro cerebro era un elemento rígido que se formaba durante los primeros años de vida y luego permanecía inamovible hasta que iba perdiendo capacidad y llegaba la muerte.
Con el paso del tiempo, las investigaciones han comprobado que el cerebro se va modificando a lo largo de nuestra vida conforme a las actividades que le procuramos y a las experiencias que vivimos. José Manuel Palomino, director del Máster Universitario en Enseñanza de Inglés como Lengua Extranjera lo explica así: “El aprendizaje se presenta como una de las principales actividades que contribuye a modificar nuestra estructura cerebral, ya que cuando aprendemos nuestro cerebro reorganiza nuestros recuerdos, reforzándolos o eliminándolos en función de la importancia que tengan para nuestra supervivencia y para nuestro día a día; y es que, sin la plasticidad cerebral no seríamos capaces de cambiar conocimientos previos, establecer hábitos ni aprender cosas nuevas”.
Esta capacidad de adaptación que tiene le permite crear redes neuronales para recordar y procesar las emociones, así como configurar mecanismos para realizar tareas distintas. Es así como puede adecuarse para albergar la información que implica aprender un nuevo idioma.
La mayor etapa de plasticidad que presenta es durante la niñez. Los cerebros infantiles tienen una mayor adaptabilidad y, por lo tanto, una mayor facultad para almacenar la información de aprendizaje de un lenguaje y emplearla. Sin embargo, a medida que envejecemos nos cuesta más la adquisición de un idioma.
Se ha comprobado que al aprender una segunda lengua en la niñez, esta información se aloja en el mismo sector de la cabeza que el idioma materno, es decir, en el hemisferio izquierdo. En cambio, cuando lo hacemos de adultos, los nuevos datos se alojan en otra región, lo que delata que la estructura necesaria para el aprendizaje de un idioma no es fija.
En el mundo existen aproximadamente entre 3000 y 7000 idiomas diferentes, según las fuentes. Es difícil en algunos casos separar idiomas, dialectos y variedades, de ahí estas diferencias. Para que un idioma tenga futuro a medio plazo, se estima que debe ser hablado por más de cien mil personas, de lo contrario su supervivencia está en peligro. Según la UNESCO, cada dos semanas se pierde definitivamente un idioma en el mundo. Sorprendente, ¿verdad?
Hay varias maneras de medir los hablantes de un idioma, pero básicamente son dos. Los que tienen el idioma como materno y los que lo conocen como segunda o tercera lengua. También hay casos de bilingüismo, pero no vamos a entrar en ese terreno que ya es propio de un estudio más detallado.
La lengua materna es aquella con la que aprendemos a hablar. Es la lengua con la que pensamos, si es que pensamos mediante el lenguaje, que en eso también existe controversia. Hasta tiene un día dedicado por la UNESCO, que es el 21 de febrero. Bueno, pues aquí tienes nuestro ranking, que quedaría así:
Chino Mandarín: 850 millones
Español: 400 millones
Inglés: 330 millones
Indú: 280 millones
Árabe: 250 millones
Portugués: 215 millones
Bengalí: 200 millones
Ruso: 170 millones
Japones:130 millones
Panyabi: 100 millones
De todos estos idiomas, el español y el inglés son los que tienen una extensión geográfica más importante (sin contar el ruso, claro), no solo en cuanto a la superficie, sino por la diversidad. Ello es debido a los antecedentes históricos de expansión de sus países de origen, España e Inglaterra. Algunos de los idiomas sólo se hablan en un país, como el japonés. Otros en muchos países, como el español, el inglés, o el árabe. Hablamos siempre de datos generales, sin entrar en mucho detalle.
Pero existe otra forma de establecer un ranking de idiomas más hablados si tenemos en cuenta a todos los que dominan una lengua, sea ésta materna o no. Es decir, que si tú dominas el español y el inglés, contarías como un hablante de ambas lenguas. Así pues, hay más hablantes de lenguas que personas en el mundo si nos atenemos a esta forma de medir. Pero eso no ocurre con la medida según la lengua materna. En este sentido verás que la diferencia más importante entre la lista de lenguas más hablada (lengua materna) y la lista de lengua más hablada (lengua conocida) está en el inglés.
Sigue siendo el chino mandarín, con 1050 millones de personas.
Aquí llega el inglés , hablado por 984 millones.
El español le sigue con 528 millones de hablantes.
Indú, con 381 millones.
A continuación el árabe es hablado por 292 millones.
El ruso se sitúa sexto, con 267 millones.
Cerca está el bengalí, lo hablan 261 millones.
Portugués, 230 millones.
Francés, aparece con 230 millones también.
El indonesio lo hablan 198 millones de personas.
Ahora puedes ver lo que te decía antes. Seguramente algunos chinos cuya lengua materna es el cantonés, conocen también el mandarín, incluso el inglés. Muchos hispanos en los Estados Unidos hablan perfectamente inglés. El ruso es hablado también por los habitantes de países que pertenecieron a la Unión Soviética o a su area de influencia. Un español puede ser bilingüe en cuanto a castellano y valenciano, por ejemplo, y dominar también el inglés.
¿Y por qué el inglés presenta este aumento tan importante? ¿Por qué lo hablan tantas personas que no lo tienen como lengua materna? Esto se debe fundamentalmente a tres causas:
El inglés es lengua cooficial y conocida por los habitantes de muchos países que anteriormente fueron colonia británica, pero que tienen una lengua materna diferente. Es el caso fundamentalmente en la India.
Algunos países de habla inglesa son territorio de recepción de inmigrantes que llevan consigo su lengua materna, pero acaban por conocer y dominar el inglés. El caso se da fundamentalmente en los EEUU.
La aceptación en los últimos decenios del inglés como idioma global para los negocios y la comunicación internacional. Eso es a nivel global.
Muchas personas estudian y dominan el idioma enfocados en su esfera profesional. Y eso parece que va a ir en aumento en las próximas generaciones, convirtiéndose el inglés en un estándar en la comunicación internacional, de negocios y en el ámbito científico y cultural.
Así mismo, en el ámbito del ocio va adquiriendo cada vez más importancia el conocimiento del inglés para viajar, para disfrutar de la música, series de televisión, películas, libros y revistas, internet y juegos…
Es por todo ello que el inglés es la lengua más estudiada como segunda lengua de todo el mundo, y en ese sentido se encuentra en la cabeza de la lista.
Actualmente es normal que en muchos lugares nos pregunten qué idioma hablamos o si sabemos inglés; es casi un requisito para graduarse y, muchas veces, para el desempeño laboral. Pero, ¿Por qué es tan importante?
En cualquiera de nuestros contextos es probable que nos encontremos con personas que hablen otro idioma (alemán, francés, mandarín, japonés, portugués, árabe, ruso, hindi, etc.), pero esto no quiere decir que no podamos comunicarnos, ya que tenemos un idioma en común: el inglés.
El inglés se ha catalogado como el idioma universal, dado esto, cualquier persona puede usar el inglés para comunicarse, sin importar su nacionalidad. Haz clic en este enlace para saber cual es el mejor curso de inglés.
Saber este idioma es valioso no solo en el ámbito personal sino en el académico y laboral. Por ejemplo, el material de investigación: artículos, revistas, escritos, etc., se encuentran, en su mayoría, en este idioma. Es por esto que en las universidades se exige, cada vez más, un nivel específico de inglés, ya que el estudiante se enfrentará a textos técnicos en esta lengua. De la misma manera, algunos trabajos demandan profesionales con dominio de este idioma y muchas veces se pierden oportunidades laborales por no saberlo. Haz clic en este enlace para saber porque es tan importante aprender inglés antes de entrar a la universidad.
El aprender idiomas genera más beneficios que solo poderte desenvolver en cualquier lugar. Activa tu cerebro mejorando procesos y evitando posibles enfermedades como la demencia. Otros beneficios son:
Mejora tu memoria. Al aprender otro idioma, el cerebro automáticamente esta construyendo oraciones, traduciendo y razonando para ponerlo en práctica.
Mejora tu atención. Puesto que siempre debes estar atento a lo que lees, escuchas, hablas, etc., generando atención sostenida al idioma y sus características para poder realizar una comunicación coherente.
Extroversión. El hablar otra lengua te ayuda a mejorar en el ámbito social, ya sea por querer practicarlo o aprenderlo. El mismo contexto genera la necesidad de hablar y hacerse entender. No te de miedo equivocarte al expresarte, ya que de los errores se aprende.
Facilidad para aprender otros idiomas. Al generar el aprendizaje de nuevos idiomas, el cerebro se vuelve más flexible y receptivo para asimilar diferentes lenguas.
Aumento de posibilidades. Hablar otra lengua te permitirá acceder a trabajos o mejores oportunidades: viajes que puedas realizar, ofertas económicas más altas o ascenso de cargos.
Mejora tu empatía. Este aprendizaje hará que puedas ponerte en el lugar de otras personas y entender su cultura, forma de pensar, dificultades, etc., mejorando tu tolerancia y permitiéndote tener una mente abierta. Haz clic en este enlace para conocer los factores relevantes que se necesitan para ser un buen estudiante.
Hoy en día hay demasiadas posibilidades para aprender otro idioma; desde hacer un curso de preparación en el idioma de tu preferencia o realizar un intercambio a otro país, por unos meses, hasta usar una aplicación gratuita en tu celular. Solo debes ponerte la meta y empezar a trabajar para alcanzarla. Haz clic en este enlace para conocer tips útiles para aprender un nuevo idioma.
Recuerda, aprender un idioma hoy en día, es una necesidad.
En el mundo se hablan multitud de lenguas pero no están repartidas de una manera equitativa, existen grandes diferencias entre el volumen de lenguas que se hablan en un país u otro. En este post conoceremos cuáles son los países en los que se hablan más idiomas y los idiomas con más hablantes, para que los tengas en cuenta en tu estrategia de internacionalización de marca.
Para ello, nos vamos a centrar en la publicación anual de Ethnologue creada por la organización sin ánimo de lucro SIL Internactional.
En esta publicación, no se cuentan las personas que hablan más de una lengua, pero trataremos este tema hacia el final del post. Un aspecto a destacar es que la distribución geográfica de las lenguas no es homogénea. En Asia y África se concentra el 64% de las lenguas existentes, en América el 15% y en Europa y Oriente Medio tan sólo el 4%. Los motivos principales de esta gran diferencia, los encontramos en la globalización y en la existencias de pequeñas regiones donde se hablan lenguas minoritarias, sobretodo en Asia o África.
Entre los países que disponen de un mayor número de lenguas, Papúa Nueva Guinea es el que tiene mayor riqueza lingüística. Se hablan tres veces más lenguas que en Europa. Por el contrario, Corea del Norte ocupa el último puesto, puesto que solo se habla una única lengua, el coreano. Otros países con escasa diversidad lingüística son Islandia con dos lenguas o Corea del Sur y Haití con tres. Veamos los países que se encuentran en el top del ránking.
Papúa Nueva Guinea: 839 idiomas
Indonesia: 707 idiomas
Nigeria: 526 idiomas
India: 454 idiomas
Estados Unidos: 422 idiomas
China: 300 idiomas
México: 289 idiomas
Teniendo en cuenta la gran variedad de lenguas que conviven en ciertos países, analicemos ahora las lenguas con más hablantes. En la actualidad, se calcula que se hablan 7.000 lenguas pero, ¿cuáles son las que cuentan con un mayor número de hablantes? Veámoslo:
Inglés: 942 millones de hablantes
Chino mandarín: 800 millones de hablantes
Español: 472 millones de hablantes
Hindi: 260 millones de hablantes
Árabe: 250 millones de hablantes
Estos datos resultan de interés a la hora de implementar una estrategia de comunicación a nivel global. Analizar los mercados a los que expandir un negocio y los idiomas que en éste se hablan, es vital para realizar una correcta localización de contenidos.
Todos tenemos la sensación de que algunos idiomas son más difíciles que otros, pero la realidad es que depende del punto de partida. No existen idiomas universalmente difíciles o más difíciles, sino relaciones más alejadas, propensiones personales y diferencias más marcadas con la lengua nativa de cada uno. Por tanto, calcular el grado de dificultad de un idioma es una tarea complicada y bastante arbitraria.
Los que han estudiado las lenguas clásicas saben que latín y griego antiguo pertenecen a dos universos cuyo grado de dificultad está relacionado con la forma de pensar de cada uno. El griego es mucho más libre y sujeto a infinitas excepciones, de modo que su dificultad reside en saber hacer frente al peso de la libertad, que obliga a elegir. El latín, en cambio, tiene la estructura sólida y segura, pero intransigente, de las magníficas arquitecturas del Imperio.
El árabe es el más difícil para un anglófono
Para el hablante nativo de inglés, el Departamento de Estado de Estados Unidos calcula que el español, el sueco o el francés se pueden aprender entre unas 575 y 600 horas de clase. El ruso, el hebreo y el islandés son algo más difíciles, mientras que el árabe, el japonés, el mandarín están en el grupo más duro, que requiere 2.200 horas de clase.
El árabe, en particular, es el idioma más áspero para un anglófono, porque parece completamente diferente de las familias europeas y asiáticas: se lee y se escribe de la derecha a la izquierda y se compone de pocas palabras y letras. Para elaborar frases con sentido es necesario dominar el idioma y saber utilizar los escasos vocablos disponibles. Por último, los sonidos que caracterizan el árabe son muy difíciles de reproducir para los hablantes no nativos.
Los idiomas más pequeños y alejados son más complejos
Hace varios años, dos jóvenes estudiosos encontraron que los idiomas más pequeños (aquellos con menos contactos externos) tendían a presentar más formas de flexión (variaciones gramaticales de una misma palabra) que los grandes. Por el contrario, las lenguas criollas, que surgen de la mezcla entre grupos lingüísticamente diferentes, son consideradas sistemáticamente más simples que otras lenguas, incluso después de convertirse en lenguajes ‘normales’ con hablantes nativos.
Pero la flexión es sólo un elemento de dificultad. Algunos idiomas tienen sistemas fónicos muy simples, como los polinesios, y otros lucen una amplia variedad de complicados sonidos, como los idiomas del Cáucaso. Las lenguas pueden tener un orden de palabras dentro de la frase rigurosamente fijo o del todo flexible.
Hay idiomas que casi no tienen géneros, como el inglés, y otros con docenas de géneros que deben ser aprendidas para cada sustantivo. En algunos proliferan desinencias y declinaciones, como el finlandés, e incluso existen lenguajes que se modulan con tres alfabetos diferentes, como el japonés.
El investigador Tyler Schnoebelen ha buscado la frecuencia de las excepciones presentes en un idioma, como forma de clasificar su complejidad. Comparando 21 parámetros, se clasificaron 239 idiomas: el mixteco de Chalcatongo, hablado en el sur de México, resultó ser el más complicado. Resulta, de hecho, que tiene tres niveles de tono (alto, medio y bajo) y también tonos de contorno, por lo que según caiga el (o los) acento(s) cambia completamente el significado de la palabra.
Si el idioma universal de nuestra época, el inglés, llegó a ocupar el lugar número 33 de éste listado, el vasco, el húngaro, el hindi y el cantonés se clasificaron entre los idiomas ‘normales’, sin demasiadas excepciones. Es decir, el número de variables tampoco es índice absoluto de dificultad.
Por lo general, los dos hallazgos más sólidos y menos relativos parecen ser que los idiomas más pequeños son los más sujetos a flexión y que los más alejados de nuestro árbol familiar lingüístico son los más difíciles de aprender.
Todos podemos aprender, si nos los enseñan bien
El tiempo necesario para aprender un nuevo idioma depende del nivel que se desea alcanzar. No existen personas más o menos aptas para aprender lenguas extranjeras, solo sistemas culturales y educativos que preparan mejor o peor.
Por ejemplo, Suecia, los Países Bajos y Dinamarca, los países que se han distinguido en el último English Profiency Index (prueba de dominio del Inglés) utilizan principalmente un método de estudio que hace hincapié en la comunicación oral y los estímulos externos en los que el aprendizaje autónomo juega un papel crucial, en contraste con el enfoque ‘formalista’, que se centra en el lenguaje escrito, en la gramática y las reglas, pero donde la comunicación oral está completamente devaluada.
Este enfoque deja la impresión, al intentar hablar un idioma extranjero, de no estar al altura porque falta la costumbre de comunicarse en dicho lenguaje. Repetirnos que los idiomas no se nos dan bien, o que incluso todo un país tiene un problema congénito con los idiomas, solo aumenta el riesgo de incurrir en una profecía que se autocumple.